Saturday, March 31, 2007

"Qué tiene tu veneno
Que me quita la vida sólo con un beso
Y me lleva a la luna
Y me ofrece la droga que todo lo cura.
Dependencia bendita
Invisible cadena que me ata a la vida
Y en momentos oscuros
Palmadita en la espalda y ya estoy más seguro
Se me ponen si me besas
Rojitas las orejas
Pon carita de pena
Que ya sabes que haré todo lo que tu quieras
Ojos de la luna llena
Tu mirada es de fuego y mi cuerpo de cera
Tu eres mi verso, pluma, papel y sentimiento
La noche yo y tú la luna,
Tu la cerveza y yo la espuma
Se me ponen si me besas
Rojitas las orejas"

Thursday, March 29, 2007

Hoy me he escondido detrás de una puerta. Literalmente. No he encontrado un sitio mejor. Ha sido detrás de la puerta de los lavabos, porque era el único sitio donde creía poder pasar desapercibida. Un rato después el labavo estaba lleno de mujeres maravillosas que han conseguido arrancarme una sonrisa. Iban entrando una a una y descubrían mi escondite,también han descubierto a mi otro-yo, lo tenía bien guardado; pienso que no ha sido un error, porque en esos treinta minutos, en ese espacio de tiempo, he descubierto que ellas también tienen escondidos sus otros-yo, y hoy han salido a la luz uno tras otro.
Me he sentido otoño perpetuo frente a tu perenne primavera.

Wednesday, March 28, 2007

Echo de menos.
Echo de menos a mi abuelo y el olor de su boina.
Echo de menos la casa vieja donde pasábamos los veranos, y sus paredes gruesas y llenas de grietas.
Echo de menos el peso de tu cabeza recostada sobre mis piernas mientras dormías la siesta en un banco cualquiera.
Echo de menos.

Friday, March 23, 2007

Es soberanamente misterioso el mundo de las lágrimas...

"-Millones de años hace que las flores fabrican espinas, y otro tanto que los corderos se comen de todas formas las flores. ¿Acaso no es serio intentar entender por qué las flores insisten en fabricar sus espinas que no sirven nunca para nada? No crees que tenga importancia la guerra entre los corderos y las flores? ¿No tiene esto más importancia que las sumas y restas de un Señor gordo y rojo? ¿Y no es también importante que la flor que yo conozco sea única en el mundo, que sólo exista en mi planeta y que un corderito pueda hacerla desaparecer de golpe, en un instante una mañana y sin darse cuenta de lo que hace? ¿Esto, no es acaso importante?
Ya enrojecido agregó:
-Si se ama a una flor de la que no existe más que un ejemplar entre millones de estrellas, es motivo suficiente para que al mirar las estrellas sea feliz. Se dice para sí: "Mi flor está allí, en alguna parte..." Pero si el corderito comiera la flor, para él es como si de pronto y al mismo tiempo, todas las estrellas se apagaran. ¿Y esto, no es importante?
Bruscamente rompió en sollozos y nada más pudo decir. Ya era noche. Abandoné mis herramientas, de las que ya no importaban ni el martillo, ni el bulón, ni la sed, ni la muerte. En la Tierra, en mi planeta, en una estrella, había un principito que necesitaba ayuda. Lo tomé entre mis brazos y lo acuné. Le dije: "La flor que tú amas no corre ningún peligro... ¿sabes por qué? Dibujaré ya mismo un bozal para tu corderito. También dibujaré una armadura para tu flor... Di..." Ya no sabía que decir. Mis palabras resonaban torpes, estaba perdido... no sabía cómo llegar a él... ¡Es soberanamente misterioso el mundo de las lágrimas...!"

Thursday, March 22, 2007

BALADA DEL MAL GENIO

"Hay días en que siento una desgana
de mí, de ti, de todo lo que insiste en creerse
y me hallo solidariamente cretino
apto para que en mí vacilen los rencores
y nada me parezca un aceptable augurio.
Días en que abro el diario con el corazón en la boca
como si aguardara de veras que mi nombre
fuera a aparecer en los avisos fúnebres
seguido de la nómina de parientes y amigos
y de todo indócil personal a mis órdenes.
Hay días que ni siquiera son oscuros
días en que pierdo el rastro de mi pena
y resuelvo las palabras cruzadas
con una rabia hecha para otra ocasión
digamos, por ejemplo, para noches de insomnio.
Días en que uno sabe que hace mucho era bueno
bah tal vez no hace tanto que salía la luna
limpia como después de jabón perfumado
y aquello si era auténtica melancolía
y no este malsano, dulce aburrimiento.
Bueno, esta balada sólo es para avisarte
que en esos pocos días no me tomes en cuenta."

Wednesday, March 21, 2007

Me gusta ir al trabajo a pie, y me gusta regresar a casa a pie. Pero hay días, como hoy, en los que decido esperar al bus. La parada está justo delante de mi instituto. Siempre conozco a alguien mientras espero al bus número 10, que siempre llega con retraso (sólo pasa puntual cuando soy yo la que sale con retraso y necesito llegar pronto a casa por algún motivo). Hoy he conocido a Alina, una diminuta niña rusa. Alina se ha sentado a mi lado a esperar el bus. Alina me ha mirado. Alina tiene los ojos más increíbles del mundo. Uno gris y otro verde. Alina me ha preguntado: ¿eres profesora? con una espontaneidad y una alegría contagiosa tan contagiosa que he pensado: ojalá me encontrara a una Alina cada día en mi camino. Cuando he respondido afirmativamente a su pregunta me ha sonreído y entonces me ha preguntado: ¿Te gusta ser profesora? Los niños no son como los adultos, que a veces preguntamos por preguntar, los niños como Alina preguntan sin ningún tipo de pudor sólo aquello que en ese momento les interesa. Los adultos, en cambio, perdemos mucho tiempo con preguntas absurdas cuando en realidad ocultamos las preguntas de verdad.
Gracias, Alina.

Monday, March 19, 2007

"Ahora que por fin
está bastante claro
dónde estás y dónde estoy."

Ya sabes cómo continúa.

Wednesday, March 14, 2007

La Comunicación

"Entre lo que pienso,
Lo que quiero decir,
Lo que creo decir,
Lo que digo,
Lo que quieres oír,
Lo que crees oír,
Lo que oyes,
Lo que quieres entender,
Lo que crees entender,
Lo que entiendes,
Hay diez posibilidades de que tengamos dificultades para comunicarnos,
Pero aun así intentémoslo…"

Bernard Werber , L’encyclopédie du savoir relatif et absolu.

Friday, March 02, 2007

Carmelo, un niño sin sombra

Carmelo nació sin sombra. El médico se dio cuenta al instante. Se lo dijo a su padre, pero su padre no lo comprendió. Todos en su familia habían tenido sombra hasta entonces, era la primera vez que sucedía algo semejante. Miró acusador a su mujer, que no supo qué decir. A quién habrá salido, sin sombra, se preguntaba su padre desolado.
Los mejores médicos de la ciudad estudiaron su caso, pero poco pudieron hacer. Los padres de Carmelo reunieron el dinero para llevarle a otro país, donde un doctor experto en la materia había resuelto casos similares. Ha habido experiencias, les explicó, de
trasplantes de sombra que se han realizado con éxito. Habrá que encontrar una que se adapte al tamaño de su hijo, a su altura, a su perfil... Pero Carmelo rechazó todas las sombras. El de su hijo es un caso particularmente agudo, les dijo el doctor mientras les cobraba la factura.
Carmelo creció sin sombra. Sus compañeros de escuela pronto se dieron cuenta y se reían de él. "¿Por qué yo no tengo sombra?", le preguntaba Carmelo llorando cada noche a su mamá. Porque tu corazón es tan grande y tu alma tan sencilla, le decía ella, que se puede ver a través tuyo. Carmelo se convirtió en un joven huraño, huidizo. Sólo salía a la calle los días nublados, cuando las nubes robaban las sombras a todos y hacían de él uno más.
Un maravilloso día sin sol, en un parque cercano, Carmelo conoció a Tulipán, tan llena de adolescencia, tan dulce, hermosa como una nube. Juntos hablaron y se rieron, buscaron complicidades y hallaron acuerdos, cambiaron miradas, latidos, secretos, hicieron un pacto sin ellos saberlo.
Quedaron en verse otro día, en la esquina de Alameda con Hidalgo, junto a una farola y un puesto de flores, que atiende una anciana encorvada.
Carmelo
aguardaba, sufría en silencio. Los días se sucedían soleados y en la radio decían que lo seguirían siendo durante mucho tiempo. La noche anterior a la cita Carmelo no pudo dormir. Rezó para que amaneciera nublado, pero no fue así. Aquel fue el día más radiante y despejado de cuantos se recuerdan en la ciudad. El cielo vistió esa mañana su mejor traje azul y Carmelo acudió a la cita, sin sombra y con miedo. A punto estuvo de pintarla en el suelo, pero desistió. Las horas, a su paso, habrían hecho girar las otras sombras dejando la suya en postiza evidencia. Y el miedo venció al amor. Carmelo prefirió conservar intacto el recuerdo de su maravilloso y nublado encuentro, la otra tarde, en el parque. Antes de que llegara Tulipán, Carmelo, borracho de pena, se fue para siempre.
Si hubiera estado allí cuando la chica apareció en la esquina,
atribulada con retraso, Carmelo habría pensado que estaba aún más hermosa que la otra vez. Si hubiera estado allí, habría descubierto que Tulipán era, como él, una chica sin sombra, y que juntos, tal vez, podían haber vivido una vida maravillosa, de nublado porvenir, en algún país al norte, donde el sol, respetuoso con su amor, se lo pensara seis veces antes de salir.
Fernando León de Aranoa