Friday, November 10, 2006

Me acuesto y mi último pensamiento va dedicado a ti, no es q yo lo elija, simplemente irrumpes en mi mente y yo no puedo echarte, es más... te invito a pasar y a que te quedes, por la mañana mi torpe cabeza empieza a dar órdenes a mi más torpe aún cuerpo y entre orden y orden sacas la cabecita tú, como para darme los buenos días, como mi bálsamo contra todas las batallitas que tendré que librar en las siguientes horas, además de esto, que no es poco, ahora no puedo deshacerme de esta ilusión que tiene los efectos de una borrachera feliz: imagino el tren, y las voces de la gente, y el ruido de la estación y las ganas de llegar a destino y tu cara y el reflejo del cielo sobre el agua del río y el tacto de tu mano y los callejones del barrio judío y tu voz preguntándome si estoy bien y el color de las paredes de nuestra habitación y el tacto de las sábanas o de tu piel y el puente de ensueño como tus ojos cuando cambian de color y mi razón encogiéndose perdiendo su pulso contra este corazoncito alegre que sólo desea cantarte canciones al oído mientras nos desayunamos uno al otro al salir el sol tras una noche de mil estrellas fugaces que van a concedernos todos aquellos deseos que tiempo atrás tuvimos que dejar escondidos por culpa de jaulas y de miedos.
Ya ves... ¿qué más te puedo decir???

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