CARTA SIN DESPEDIDA
A veces -o mejor dicho:
casi nunca-, te odio tanto que te veo
distinta.
Ni en corazón ni en alma
te pareces a la que amaba sólo
hace un instante,
y hasta tu cuerpo cambia
y es más bello
-quizá por imposible y por lejano-.
Pero el odio también me
modifica a mí mismo,
y cuando quiero darme cuenta soy otro
que no odia, que ama
a esa desconocida cuyo nombre es el tuyo,
que lleva tu apellido,
y tiene,igual que tú, el cabello largo.
Cuando sonríes,
yo te reconozco,
identifico tu perfil primero,
y vuelvo a verte,
al fin,
tal como eras, como sigues siendo,
como serás ya siempre, mientras te ame.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment