A VECES SE ENCIENDE...
El tiro con fuego
negro de cuervo
de TU MIRADA
ha sido el relampago
que anuncia en trueno
en la TEMPESTAD
Fuiste mia anoche en sueños
me besabas con el ansia
con que se besan
unos labios nuevos
DEJA QUE DIGA
QUE NO TE PEDIRÉ
QUE ME QUIERAS MIENTRAS VIVAS
pero palabra de amor no daré
A VECES SE ENCIENDE
A VECES SE APAGA
la llama sagrada que tu y yo conocemos
leña que ha de arder
Vamos a querernos
mi pequeño amor
como tu y yo sabemos
vamos a querernos
mi pequeño amor
como tu y yo sabemos
Estaremos juntos
mientras cada minuto
que pasemos separados
sea para sufrir
Será como un tributo
a pagar cada azada en el costado
el camino embrujado que hay que recorrer
Deja que diga
que no te pediré
que me quieras mientras vivas
pero palabra de amor no daré
Tiro de fuego
de tu mirada
ala de cuervo
que me agita el alma
Vamos a querernos mi pequeño amor como tu y yo sabemos vamos a querernos mi pequeño amor como tu y yo sabemos...
CON LOS HOMBRES AZULES
Sobre mis párpados
vela el gallo de la madrugada,
sobre el péndulo que la vigilia mueve.
Tus rotundas palabras, tu cortante gesto
son el gélido viento que silba por las rendijas
de mi pensamiento.
Y es tan grande la tristeza que hoy siento...
Aléjate espejismo del amor eterno,
sólo eres literaria veleidad.
Ni al peregrino das posada
ni al sediento agua
ni al que ansía saber muestras la verdad.
Detesto el tiempo, la ansiedad lamento.
Descansar sólo quiero, junto al calor del fuego,
Me amarro al momento, y lo único que poseo,
con los hombres azules irme al azul desierto.
Es lo que hoy deseo,
y a ti te deseo
que de cascabeles, pífanos y timbales
se alegre tu camino.
Que nunca te sea adverso el destino.
Que encuentres en tu vida amigos diáfanos y entretenidos.
Sobre mis párpados velas, frágil ave de la madrugada.
Eres péndulo que en la vigilia hiere.
Tus cortantes palabras,
tu rotundo gesto
son el gélido viento que silba
por las rendijas de mi pensamiento.
Y es tan honda la nostalgia que hoy siento...
Aléjate espejismo del amor eterno,
sólo eres literaria veleidad.
Ni al peregrino das posada ni al sediento agua
ni al que ansía saber muestras la verdad.
Somete el tiempo
apagará el lamento
bajo un límpido cielo
al calor del fuego.
Me acojo el momento y lo único que deseo
es con los hombres azules
irme al azul desierto.
Es lo que hoy deseo.
Y a ti te deseo que encuentres tu camino.
Es lo que hoy te deseo y lo que hoy te escribo.
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